Originalidad, ilusión, color y sobre todo muchas, muchísimas ganas de diversión.
Estos son los ingredientes necesarios para tener una boda como la de Kenyali y Nicolai, y si además le añadimos un cotillón digno de un buen carnaval, para animar aún más el baile, el éxito está asegurado.
Una vez más una boda internacional, con invitados procedentes de medio mundo en la que no faltaron los detalles.
Se casaron al atardecer en la Parroquia de Santa María de la Merced, de las Matas y lo celebraron con muchas ganas de fiesta en la Finca El Tomillar de Torrelodones.